domingo, 16 de octubre de 2011

Se supone que tiene que ser más fácil ahora, y sí, lo es... ¿lo es?...
Me desespera, la inmensidad que hoy me falta y que, sin embargo, sobra en todo a mi alrededor.  Me intriga, me asusta, me planta en la realidad, en el ahora.
Pero, y si no es  lo que quiero? Y si caigo en el consuelo de aquellos que sólo esperan? En la escusa de que todo tiene un motivo?
No necesito motivos si tengo razones, razones que están esperando su motivo hace quizá un millón de noches.
Será tiempo quizá de cambiar la búsqueda? De buscar nuevos motivos o inventar novedosas, creativas, y prácticas razones dignas del s. XXI? 

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