sábado, 22 de octubre de 2011

leído pro ahí... en una novela de André Aciman

 La ausencia puede ser algo terrible si nos mantiene despiertos toda la noche y ver cómo alguien nos olvida antes de lo que hubiésemos deseado no ayuda (...) No sentir nada por miedo a sentir algo es un desperdicio...

miércoles, 19 de octubre de 2011

“No me robes mis palabras antes de que pueda explicarlas. No las saques del contexto en el que las he enmarcado”.


“No me robes mi mirada. Yo lo veo así. Ésta es mi percepción, sólo mía. No quieras que lo vea como tú lo ves. Yo lo veo así porque viajo con el equipaje que viajo: con mis creencias, mi autoestima, mi nivel de exigencia, mis filtros de realidad, mi memoria selectiva; con la gente que me acompaña, con lo poco que sé, con mis miedos y esperanzas, con mi mapa mental incompleto y, a veces, equivocado; con mil tareas por hacer, con mis intereses, mi falta de atención y mis obsesiones. Yo lo veo así, porque estoy en este punto de mi vida. He llegado donde estoy por un camino distinto al tuyo. Ésta es mi realidad, sólo mía. No lo veo así para ofenderte ni para fastidiarte. De momento, lo veo así. Aunque estoy dispuesta a aprender a verlo de más formas.”

domingo, 16 de octubre de 2011

Se supone que tiene que ser más fácil ahora, y sí, lo es... ¿lo es?...
Me desespera, la inmensidad que hoy me falta y que, sin embargo, sobra en todo a mi alrededor.  Me intriga, me asusta, me planta en la realidad, en el ahora.
Pero, y si no es  lo que quiero? Y si caigo en el consuelo de aquellos que sólo esperan? En la escusa de que todo tiene un motivo?
No necesito motivos si tengo razones, razones que están esperando su motivo hace quizá un millón de noches.
Será tiempo quizá de cambiar la búsqueda? De buscar nuevos motivos o inventar novedosas, creativas, y prácticas razones dignas del s. XXI? 

jueves, 13 de octubre de 2011

Si se pudiera medir el hueco que deja el dolor. Si se pudiera pesar lo que no existe. Si se pudiera sostener la lágrima antes de caer, si se pudiera pesar esa lágrima. Si todas las lágrimas pesaran lo mismo que pesa lo que no existe, si midieran lo que mide el hueco que deja el dolor. Si se pudieran medir o pesar entonces se podría contar cuánto ha dolido el dolor, cuánto ha pesado la lágrima.

domingo, 21 de agosto de 2011