miércoles, 1 de junio de 2011

Yo debo ser muy torpe, o demasiada lúcida para este mundo tan complejo. Pero sigo sin comprender los movimientos; las presencias y las ausencias; los silencios y las palabras; la imprevisibilidad y los cambios de luna. Y, aún así, me siguen prendando sus encantos, que también son muchos...

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